Aceite de chocolate Agrisanz,
un placer para los sentidos
Todos hemos sentido alguna vez como el chocolate se derretía en nuestros paladares inundando con su placentero sabor nuestras bocas, regalándonos uno de esos pequeños momentos del día. Pero pocos hemos pensado en que el cacao posee cerca de 300 componentes identificados, de los cuales la gran mayoría benefician nuestro organismo.
El cacao BIO, capitanea la lista de alimentos con propiedades antioxidantes, por encima del té verde, el acaí, el vino tinto y las bayas de Goji, ostentando más propiedades que todos ellos juntos. Así mismo, estas semillas en crudo nos aportan altos contenidos de magnesio, un mineral necesario para que nuestro organismo funcione adecuadamente. A ello, habría que añadir la presencia en el cacao de importantes cantidades de otros dos minerales fundamentales para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo, el hierro y el cromo.
Tampoco podemos olvidarnos de su riqueza en anandamida, un compuesto químico orgánico y neurotransmisor capaz de producir en nuestro cuerpo efectos levemente similares a los que provocan algunos canabinoides, imitando algunos de sus compuestos psicoactivos presentes en ellos. En este sentido, el cacao funciona como un regulador del humor natural. Un compuesto que también muestra tener efectos sobre la concentración, el enfoque, el amor y el placer, de forma favorable en varios casos.
Otro imprescindible gastronómico al que probablemente no hayáis podido resistiros, es el aceite de oliva virgen extra BIO que, no en vano, ocupa un lugar preferente en una de las dietas más reconocidas del mundo, la Mediterránea. En este, su sabor agradablemente amargo, supone una garantía de su alto contenido en polifenoles y antioxidantes, sustancias que retardan el envejecimiento celular y contribuyen a evitar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Asimismo, ese trata de un excelente preventivo del cáncer, pues ayuda al proceso de oxigenación celular y al fortalecimiento del sistema inmunológico.