¡ Al sol que mas calienta… !
Coco Chanel fue la precursora del bronceado. Por aquel entonces, por el 1924, fue cuando la palidez femenina impuesta durante siglos, quedo desterrada para imponerse la saludable coloración que proporciona el astro rey. Casi un siglo después, siguen estando de moda los tonos tostados. Resultan más alegres, destacan el brillo de los ojos y nos permiten lucir piernas y escote.
El sol ofrece sus ventajas. Estudios recientes han demostrado que las personas que toman el sol, son más dinámicas, más optimistas y más vitales. Eleva la autoestima personal y estimula la formación de vitamina D3, además de ayudar a fijar el calcio en los huesos. Pero, como contrapartida, hoy en día, se considera a la radiación solar como la primera causa de envejecimiento cutáneo prematuro. Parece ser que, poco a poco, nos vamos concienciando de los efectos nocivos del sol. Afortunadamente, cada vez son menos las personas que no utilizan algún medio de protección con el fin de evitar males mayores, como el temido cáncer de piel u otros problemas serios de salud.
Bronceadores, after-sun, mascarillas hidratantes, protectores capilares, ampollas mineralizantes, cápsulas que aceleran el bronceado, tratamientos en cabina para reparar los estragos producidos por el astro rey…, y un sinfín de cosméticos y tratamientos se ponen a nuestra disposición para contrarrestar los efectos negativos del astro rey. Para evitar riesgos es necesario utilizar productos de buena calidad y seguir unas pautas de aplicación ante cualquier exposición solar por corta que esta sea. Mantener una piel sana y bonita cuesta sacrificio durante todo el año, mientras que para estropearla tan sólo hacen falta unos días de descuido durante las vacaciones estivales en la playa o la montaña.
*El efecto protector de un cosmético depende tanto de su calidad, como de su correcta aplicación, y de la dosis utilizada. Estudios estadísticos afirman que los españoles, habitualmente, usamos poca cantidad de producto, disminuyendo así los efectos protectores.
*Cada piel es un mundo diferente. El índice de protección necesario depende de si ésta es más clara o más morena, de sí es alérgica, de la edad, de sí estamos en la montaña o la playa, de la latitud, la altura, la hora del día, de la existencia de cicatrices o zonas quemadas, y de la ingesta de medicamentos, principalmente.
*La latitud, la altitud y la hora del día determinan el grado de protección y las precauciones a tener en cuenta. Cuanto más cerca nos encontremos del Ecuador, más verticales serán los rayos, por tanto, las radiaciones serán más peligrosas. Este es un factor muy importante a la hora de elegir un bronceador. En cuanto a la altitud, señalar que las radiaciones del sol son menos nocivas en los valles que en las montañas. Por tanto, hay que tener precaución con las alturas y protegerse. En cuanto al reloj, recordar una vez más, que las horas más críticas, y por tanto más nefastas, son de las 11 de la mañana a las 5 de la tarde.
*Es conveniente utilizar dos bronceadores de distinta protección: uno para el rostro y otro para el cuerpo. Es importante utilizar bronceadores con factor de protección mucho más elevado en zonas de alto riesgo. Considerándose estas, aquellas partes en las que la piel es más fina, sensible y vulnerable, como son: escote, pecho, nariz, boca y hombros. Si practicas Top-less, no olvides que no es conveniente prolongar la exposición más de 20 minutos al día, e imprescindible utilizar una protección elevada.
*No se han de utilizar los cosméticos solares del año anterior. Seguramente, su mal almacenamiento, los cambios de temperatura, y el no estar cerrado herméticamente, les hayan hecho perder su eficacia.
Siempre que puedas utiliza un protector solar mineral, lo natural siempre es mucho mejor que lo artificial
Y por último, desearos que paséis un excelente y bronceado verano.
Maripi Gadet