Beneficios del Yoga

para los mas pequeños

La práctica regular de yoga es muy aconsejable para niños y adolescentes: les ayuda a eliminar estrés escolar, relajarse, concentrarse, respirar mejor y corregir numerosos trastornos posturales. Ya hay centros en España donde se imparten clases a los más pequeños, pero hace falta mayor difusión e implantación en las escuelas.

A diferencia de otros países como Estados Unidos, por ejemplo, donde desde la década de 1960 se imparte yoga a niños y adolescentes en los colegios, no sucede así en España a pesar de que, poco a poco, se está incorporando como actividad extraescolar y en los campamentos de verano: “Trabajo en un colegio público de Ourense desarrollando el programa ‘Yoga en la educación’, que dirijo desde la Escuela Internacional de Yoga (EIY) a niños desde los 5 a los 14 años y cada vez son más los colegios públicos y privados que se están interesando por el yoga como actividad extraescolar. Lo ideal sería que se integrara como asignatura curricular dentro del horario escolar y que los profesionales estuvieran realmente preparados para ofrecer un programa de yoga adaptado para los niños”, explica Joaquín Castaño, formador de profesores de la EIY. Desde Yoga y Yogaterapia en Zaragoza, la profesora María Domínguez también comparte dicha opinión: “El verdadero reto es implantar el yoga dentro del sistema educativo, en horario lectivo y/o de forma transversal. Nuestra asociación ha conseguido impartir algunas clases de yoga en horario lectivo en colaboración con el tutor o docente e incluirlo en algún momento de su programación, con alumnos de tercer ciclo. Ha sido una experiencia muy positiva tanto para alumnos como para profesores. Creemos que la clave es que lo aprendan y practiquen los educadores”.

“¿Cómo es posible que, siendo el yoga el método más eficiente para eliminar tensiones, agresividad, contracturas, estrés -incluido el escolar- y nerviosismo -tan frecuente en niños y adolescentes- no se incorpore en las escuelas?”, se pregunta Ramiro A. Calle, pionero del yoga en España, en su último libro “Yoga para niños” (2014). Y tiene razón.

Ya sea porque numerosos estudios avalan la efectividad del yoga o porque muchos profesores, médicos y especialistas están aconsejando a los padres que los chavales practiquen técnicas de relajación, respiración y meditación, lo cierto es que, según María Domínguez, cada vez hay más padres que piden y buscan ofertas de yoga en las AMPAs, centros educativos y centros de yoga. Para suplir la falta de profesores de yoga para niños, en el centro barcelonés Siddharta, dirigido por Rosa Daniel, imparten cursos de formación permanente reconocidos por la Generalitat de Catalunya: “En estos cursos el docente desarrolla primero un trabajo personal y luego herramientas de aplicación práctica en el aula. Son cursos del estilo ‘atención y pensamiento consciente’, ‘gestión corporal de las emociones’ y ‘control del estrés’. Todos ellos toman el yoga como base”, explica Rosa Daniel.

SALUD Y TRANQUILIDAD

Todos los instructores de yoga que hemos consultado para este reportaje coinciden en que, a partir de los 7 u 8 años el niño puede practicar sin dificultad las posturas del yoga que son habituales en las clases para adultos, aunque por debajo de esa edad conviene impartir la instrucción de otro modo. A esas edades los niños son muy activos y nerviosos y los programas de yoga para ellos deben ser atractivos y agiles, variados e incluso divertidos: “Las clases deben ser diferentes para los más pequeños. Cuando se trata de niños menores de 8 años, es aconsejable adaptar las técnicas a los practicantes y ofrecer programas de yoga psicofísico más ágiles para evitar que el niño se aburra. No debe haber excesivo rigor, seriedad ni solemnidad”, aclara Ramiro A. Calle.

Es muy importante que, para evitar que se aburran, los niños hagan las posturas (asanas) mayor número de veces que los adultos y las mantengan menos tiempo para agilizar la práctica. Lo ideal es que practiquen yoga al menos dos veces por semana y en sesiones de unos 30 a 40 minutos. Los padres también pueden practicar con ellos y plantear las clases como un juego. Además, gran parte de las posturas tienen nombre de aves, animales y formas como el barco, el puente, el árbol… que les son familiares y les divierte imitarlas.

Cualquiera que sea su edad, no debe olvidarse que a los niños no se les puede imponer la práctica del yoga para evitar que lo rechacen.

Y esta enseñanza no debe estar tintada por doctrinas o adoctrinamientos, ya sean hindúes o de otro tipo: “Se tiene la idea de que el yoga va a implantar ideas orientales e incluso dogmáticas en los niños y no es así. El yoga solo puede ofrecer al niño la posibilidad de tenerse en cuenta a sí mismo, un mayor control de sus emociones, capacidad para concentrarse y relajarse y, sin duda, valores éticos universales como compartir o tener en cuenta al otro”, sigue explicando Joaquín Castaño. Por su parte, Ute Philipp, instructora de yoga para niños en Sevilla, señala que “los padres quieren sobre todo que los niños se relajen porque después del trabajo no siempre aguantan tanta energía vital. A los niños les viene muy bien el tiempo que trabajan en silencio para sentirse a sí mismos, así como contar con un espacio donde no tienen que competir”, explica.

Además de las cuestiones emocionales, las relacionadas con el desarrollo corporal pueden animar a que los padres se planteen la posibilidad de que sus hijos integren el yoga en su vida: “La práctica del yoga (adaptada a cada condición física) favorece una alineación correcta de la columna vertebral y de todas las articulaciones en general; además fortalece el sistema inmunitario, abre las vías respiratorias, relaja músculos torácicos y otorga un control consciente sobre muchas tensiones musculares lo que es de gran interés en trastornos como el asma pues lo puede aliviar de forma considerable. En niños estresados -es triste decirlo, pero cada vez es más frecuente junto con los trastornos de atención o la hiperactividad-, el yoga proporciona calma y relajación”, expresa la instructora Isabel Morillo, directora de Yoga Argüelles en Madrid.

Hay otras cuestiones a tener en cuenta en la práctica del yoga: el hecho de que no sea un deporte donde los niños deban competir y que no haya ni recompensas ni castigos ayuda a que los niños se sientan libres para expresarse sin temor a las críticas, así como a trabajar en equipo y respetar a sus compañeros. Isabel Morillo nos recuerda para terminar que “el yoga es una actividad que nos acerca a nosotros mismos y nos facilita el auto-conocimiento. No en vano, muchos padres que hacen yoga quieren dar a sus hijos herramientas que en el futuro les serán muy valiosas para afrontar la vida”.