Filofobia: el mal que explica el extraño miedo a enamorarse.
Ciertos individuos reaccionan con mucho temor al compromiso.
Hay quien ve en ello un acto de inmadurez, pero también es posible que se deba al trastorno conocido como Filofobia.
Imaginemos que conocemos a una persona y todo parece que fluye entre nosotros: nos entendemos, nos gusta pasar tiempo juntos, compartimos sueños e ilusiones y, de repente, el primer día que pronunciamos las palabras “te quiero” algo ocurre en ella que hace que nuestra relación se convierta en todo lo contrario a lo que hasta ahora habíamos vivido. Surge el desinterés, el distanciamiento, la frialdad, incluso la rudeza en el trato… ¿Qué ha podido suceder? Probablemente esta persona que nos enamoró sufre miedo a enamorarse: padece Filofobia.
La Filofobia no es un simple nerviosismo ante el compromiso amoroso, sino un miedo tan intenso a enamorarse que hace que se activen varios mecanismos de defensa que llevan a que el individuo, cuando está a punto de iniciar una relación afectiva a nivel profundo, sienta peligro y desee huir.
La inseguridad y la falta de autoestima están detrás del miedo al amor y su origen se halla, principalmente, en una dificultad en el Apego, es decir, en el vínculo que se crea cuando establecemos una relación: el individuo teme sufrir una pérdida, ser herido, puesto que le aterra ser abandonado.
Existen diversas razones o posibilidades que, sumadas a la falta de autoestima, reforzarían este trastorno: dificultades emocionales en anteriores relaciones, distancia emocional en su entorno familiar, miedo a perder su libertad de acción y de decisión o falta de seguridad en la propia capacidad de elección del compañero ideal.
Quienes experimentan Filofobia suelen mantener relaciones muy tormentosas, turbulentas y abocadas al fracaso. Aunque al principio todo vaya bien, a medida que se acerca la hora de adquirir más compromisos comienzan a surgir los problemas.
En general, suele tratarse de personas celosas y controladoras, puesto que su mayor temor es pensar que su pareja les dejará por otra persona, lo cual les sirve de excusa para no comprometerse. Sin embargo, pueden tener varias relaciones de forma simultánea como simple mecanismo de anticipación, o sea tener un recambio para cuando su relación se rompa. Evidentemente esta actitud les lleva a “anticipar” que su relación no será duradera
Sus expresiones de amor suelen ser a través de las relaciones sexuales en lugar de hacerlo con detalles, gestos, palabras o regalos ya que muchos consideran que las relaciones sexuales son algo más superficial, más lúdico. Relacionarse en el plano sexual les evita perder el control de la situación que les ocasionaría mostrar vulnerabilidad y sensibilidad.
En general hablan muy poco de sí mismas, evitan conversaciones profundas y prefieren dejar hablar al otro pues piensan que cuanto menos sepa su pareja de ellos menos, daño les podrá hacer.
Quienes padecen Filofobia se dan cuentan de que tienen dificultades en sus relaciones debido a su trastorno cuando llega ese momento en su vida en el que necesitan estabilidad. Cuando ven que sus allegados se involucran y logran mantener relaciones estables y duraderas mientras ellos siguen atrapados en relaciones conflictivas o sin futuro, empiezan a ser conscientes de que pueden tener un problema.
El mecanismo de defensa más común de aquéllos que sufren este trastorno es buscar defectos en su pareja, supuestos defectos que utilizan como justificación para no implicarse más ni dar más profundidad a sus sentimientos. Otros, por el contrario, se plantean relaciones inalcanzables y tratan de convencerse a sí mismos de que sí pueden amar, pero que simplemente su amor es imposible. Hay quienes plantean conflictos o disputas en la pareja para que sea el otro quien termine la relación y, por último, otros se aíslan emocionalmente cuando caen en la cuenta de que se están aproximando demasiado, cayendo en conductas como inventar excusas para no verse, distanciar los encuentros o no responder a las llamadas ni mensajes.
Como toda relación cuando comienza, el cortejo se inicia con una sensación momentánea de alegría al pensar en el amplio abanico de oportunidades que se nos presenta ante el hecho de dar y recibir amor, para inmediatamente el individuo sentirse literalmente abrumado por los temores asociados a las implicaciones que suponen el amor y la pareja.
El miedo a amar resulta muy angustiante para estos individuos, llegándoles incluso a generar, en casos extremos, ataques de pánico. En general los síntomas pueden incluir mareos y náuseas, sudores, taquicardia, temblores, sequedad en la boca, sensación de ahogo, confusión mental y pérdida de control… todos ellos relacionados con los trastornos de ansiedad.
A la vista de todo esto podemos decir que el miedo no es concretamente a sentir amor, ya que Él o Ella quieren amar, sino que su miedo levanta a su alrededor un muro tan grande que resulta imposible la comunión con el otro.
El comportamiento del Filófobo puede resultar muy difícil de entender para quienes les rodean, pero la realidad es que la lucha emocional que mantienen en su interior quienes padecen miedo a enamorarse es muy comparable al sufrimiento ocasionado por quienes se ven sometidos a una tortura psicológica, sufriendo elevados niveles de angustia
Desde el momento en el que tomamos la decisión de querer ser feliz y vivir una vida plena, todo dolor puede superarse. Como la Filofobia se fundamenta en la ansiedad que arrastramos por experiencias anteriores, familiares o afectivas que no fueron resueltas de una forma emocionalmente saludable, es recomendable recurrir a profesionales que nos ayuden a identificar dónde radica el origen de nuestro dolor y, sobre todo, para que nos ayuden a sanar.
Paloma Hornos
Terapeuta de Gestión Emocional
www.gestionemocional.com