Frutas del bosque: nutrientes depurativos
Fresas, grosellas, frambuesas, arándanos, moras… Las bayas silvestres son algo más que una delicia gastronómica y visual: poseen antioxidantes y nutrientes que retrasan el envejecimiento y ayudan a combatir diversas enfermedades degenerativas. Algunas se cultivan con fines comerciales y pueden consumirse todo el año. Sin embargo, las que crecen en claros de bosques y lindes de campos tienen periodos de recolección limitados, fundamentalmente a finales de verano e inicio del otoño.
Siempre han sido apreciados por su escasez, caducidad y delicadeza, sus llamativos colores y su intenso sabor dulce o agridulce, pero ahora se han convertido en alimentos de culto para la ciencia y no sólo porque constituyen una buena fuente de fibra y minerales como calcio, magnesio y potasio.
En los últimos años, investigaciones independientes de diversas universidades han llegado a la misma conclusión: el consumo de frutas del bosque retrasa el
Depurativos anticancerígenos
Otras investigaciones como las efectuadas por el patólogo David E. Wedge de la Agricultural Research Service (universidad de Mississippi-Oxford), las del departamento de microbiología y medicina molecular de la universidad de Clemson (Carolina del Sur) dirigidas por Lyndon L. Larcom y las de otros científicos del Thad Cochran National Products Research (Poplarville, Mississippi) han puesto de relieve el gran valor de las fresas y los arándanos contra el cáncer cervical y el cáncer de mama. El cervical es el tercer tipo de cáncer más frecuente en mujeres y el de mama el segundo más diagnosticado en Estados Unidos. “El número de estas muertes puede reducirse con cambios alimenticios. Los extractos de fresa y arándanos han mostrado un notable descenso en el crecimiento de las células de los cánceres cervical y mamario”, señala Wedge.
Además de las citadas investigaciones que sitúan a fresas y arándanos entre los antioxidantes más importantes para proteger contra el cáncer, las enfermedades cardíacas y el envejecimiento, otras investigaciones realizadas en la universidad de Oulu (Finlandia) han mostrado que el jugo de los arándanos puede prevenir o curar infecciones urinarias como la cistitis. Esta dolencia afecta al 60% de las mujeres en algún momento de sus vidas y se trata habitualmente con antibióticos, pero como quiera que la bacteria causante del problema -casi siempre la escherichia coli– se está haciendo muy resistente a los mismos, los arándanos pueden ser la mejor alternativa para resolver el problema. Al igual que otras bayas del bosque siempre tuvo reputación de gran depurativo renal y magnífica fuente de vitamina C. Por tal motivo los marineros de siglos pasados siempre llevaban arándanos consigo para prevenir el escorbuto durante las largas travesías.
Los citados descubrimientos vienen en definitiva a corroborar un saber ancestral en todas las comunidades rurales, grandes recolectoras de estos deliciosos frutos silvestres que crecen en los claros de los bosques y las lindes de los campos.
Algunos de ellos como las fresas, fresones y frambuesas se cultivan ya comercialmente y se pueden conseguir todo el año, pero hay que procurar recolectar y
Isabela Herranz
www.isabelaherranz.es