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Policultivo productivo y ornamental

 

Cuando lo doméstico se reune con lo salvaje 

El monocultivo de árboles carece del complemento apropiado de arbustos y flores propio de nuestros ecosistemas. Introducir arbustos aromáticos salvajes y flores implica regresar en cierta forma al equilibrio preexistente. Además, mitiga las inundaciones y las sequías y modera los microclimas al alejarse de condiciones extremas.


Los apicultores se consideran ganaderos trashumantes y buscan pasto para sus abejas. El pasto son las flores. Si se siembra ese pasto la cabaña ganadera de abejas aumentará. La ventaja es que las abejas
necesitan ambientes sanos con lo cual donde haya abejas más insectos podrán coexistir.

Algunas empresas como Castillo de Canena y miembros de la asociación Alvelal han empezado a plantar pastos, es decir arbustos aromáticos entre las hileras de árboles, para que el tapiz verde aumente y haya más flores para las abejas. Hay empresas como Almendrehesa que comparten esa estrategia de plantar setos de aromáticas entre los almendros. En California llevan más de diez años investigando qué plantas poner entre los almendros. También hay laboratorios agrarios interesados en plantar aromáticas entre árboles para luchar contra la erosión.


Imaginemos ahora 2.5 millones de hectáreas de olivos y 500000 hectáreas de almendros con pastos para las abejas, una enorme mancha verde que supondría un impresionante corredor de flora y fauna, aportando además beneficios económicos y sirviendo de ejemplo para las generaciones futuras alejándolas de catastrofismos.

El policultivo implica más precisión a la hora de recolectar los frutos puesto que el terreno está más ocupado pero todo es cuestión de ingenio, crear railes de paso, ajustar las distancias, jugar con la altura de la vegetación, etc.


Lo doméstico se reúne con lo salvaje. Si hay aromáticas también habrá más refugio para la fauna sin ofrecer un policultivo de aspecto selvático. Una forma de reconciliar nuestro anterior simplismo expresado en el monocultivo. ¿Hasta dónde llegar en ese maridaje? ¿Cuáles son las posibilidades de actuación? Los cultivos leñosos arbóreos son los más fáciles de intervenir puesto que el ser humano tiene como referencia al árbol y su fruto y se permite licencias para actuar en el resto del territorio. El árbol es fuerte, capaz, independiente, y da poca sensación de dar cuidados, la despreocupación es mayor y la libertad para intervenir el resto del terreno grande.

Sería idóneo crear una fundación de fomento del paisaje sostenible creando una dehesa de miel, un olivar y almendral de miel,  un viñedo de miel, etc, con la vista puesta también en la prevención de desastres naturales.”

Javier Domínguez  Angulo

Paisajista

 

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