Qualia se definiría como las cualidades subjetivas de las experiencias: la rojez de lo rojo, o lo doloroso del dolor, por poner unos ejemplos. Son algo desconocido, aun inexplicado, que se sitúa entre lo que perciben nuestros sentidos, lo que analiza nuestro cerebro y lo que todo ello despierta en nuestra mente.
En filosofía se utiliza el termino ‘Qualia’ (en singular: ‘quale’) para referirse a los fenómenos que ocurren en nuestra mente, concepto en el que se apoya la concepción holística del hombre como un todo formado por cuerpo y mente
Diríamos que los Qualia nos hacen conscientes de la información que ha sido procesada por nuestro cerebro. Recurramos al símil del ordenador: lo que observamos en la pantalla del ordenador es la forma en la que la maquina representa los procesos que realmente ocurren dentro de ella. Dentro de un ordenador los impulsos eléctricos son codificados en O y 1 (código binario), pero lo que vemos en la pantalla son imágenes o textos. Esas representaciones que aparecen en la pantalla no son más que una interfaz, la forma de comunicación, que existe entre nosotros y el ordenador. Qualia es eso: la interfaz existente entre nuestra mente y nuestro cerebro conectado al mundo a través de los sentidos.
Nuestros sentidos recogen datos del mundo que nos rodea, información que es enviada hacia el cerebro a través de distintas conexiones nerviosas. De qué manera esos impulsos nerviosos se convierten en colores, olores, sonidos o formas es algo a lo que aun no sea podido dar una explicación científica. No somos conscientes de los impulsos eléctricos que desde los sentidos llegan a nuestro cerebro, pero sí lo somos de los Qualia que representan esos impulsos y, que aparecen cuando la mente transforma una determinada longitud de onda percibida en un color o en un sonido u otros impulsos sensoriales en sensaciones táctiles, temperatura, olor o sabor.
Llamamos MENTE al espacio donde los impulsos eléctricos se convierten en Qualia. Existen muchas teorías científicas que intentan explicar -hasta el momento de forma infructuosa- qué es la mente, cómo medirla o dónde localizarla en el cerebro. De lo que tenemos absoluta certeza es de que la mente existe, porque en nuestra vida diaria tenemos constancia, percibimos las consecuencias de los procesos que realiza.
Podríamos decir que el quale no es la propiedad observada, sino el significado que tiene para nosotros.
A falta de una definición de Qualia como tales, el filósofo estadounidense Daniel Dennet, a inicios de los años 50 enunció las cuatro propiedades que definen un quale:
- Son inefables; esto es, no pueden ser comunicados, explicados o aprendidos, sino que deben ser experimentados directamente
- Son intrínsecos; es decir, que no cambian
- Son privados; cada individuo lo experimenta de una forma distinta.
- Son directamente aprehensibles en la conciencia; es decir, la experiencia de un quale es el modo de saber que uno experimenta un quale.
Desde la Universidad de Chicago, el profesor de Filosofía John Haugeland enuncia en 1985 que el termino Qualia no está restringido a experiencias sensoriales, sino que se extiende a:
-percepciones sensoriales (estímulos percibidos a través de los sentidos): ver colores, oír sonidos, percibir texturas o sabores u olores.
– sensaciones corporales, como sentir un dolor, sed, mareo, calor, etc.…
-emociones: amor, celos, ira, miedo, pena, alegría, etc.…
-estados emocionales, por ejemplo sentirse deprimido, sosegado, aburrido, tenso, derrotado, angustiado, etc…
Existe mucha literatura sobre la teoría de los Qualia y de entre ellos destaca la obra del filósofo australiano Frank C. Jackson, titulada “el Cuarto de Mary”, que analiza los hipotéticos resultados que se desprenderían de llevar a cabo el siguiente experimento:
Mary es una científica brillante que, por alguna razón, se ve forzada a investigar el mundo desde un cuarto blanco y negro. No le está permitido abandonar su encierro y toda la información sobre el mundo exterior la recibe a través de libros y monitores en blanco y negro. Con el transcurso del tiempo Mary va acumulando información sobre los aspectos físicos del color y la capacidad de visión de los colores, llegando a convertirse en una autoridad en la materia.
Pese a saberlo todo sobre los aspectos físicos del color, Mary se plantea las siguientes cuestiones: ¿Cómo experimenta la gente que vive en el mundo exterior el hecho de contemplar los colores? ¿Qué es para ellos ver en amarillo o en azul?
Un buen día Mary sale de su encierro y puede contemplar el mundo en todos sus colores. Desde su habitación en blanco y negro sale a un jardín repleto de flores y queda fascinada por el hecho de contemplar lo que había detrás de aquello que para ella solo era el concepto de “rojo” o “verde”. Mary percibe, siente, descubre cosas que desconocía, incluso pese a tener todos los conocimientos teóricos sobre el color.
Con este supuesto experimento se pretenderia demostrar que la información física no es suficiente para tener un conocimiento completo del mundo que nos rodea, y, por extensión: que por encima del cerebro se sitúa la mente.
Una vez entendamos el sentido de Qualia, seremos capaces de aceptar que es nuestra mente quien crea nuestra experiencia consciente del mundo que nos rodea. Los sueños son una ejemplo de esa realidad construida por nuestra mente: mientras los vivimos para nosotros son absolutamente reales, y lo que percibimos al despertar es, simplemente otra realidad, tan real como la experimentada en los sueños, solo que aquélla realidad desaparece al despertar.
Paloma Hornos