Arteterapia Humanista
La terapia a través del arte permite explorar los contenidos más profundos de nuestro subconsciente y volcarlos creativamente mediante la expresión artística. Está indicada para combatir el estrés, la ansiedad, los problemas de salud mental, las dificultades graves de aprendizaje, la comunicación verbal y el desarrollo personal.
“Comencé pintando, siempre me había gustado. No me salía lo que yo quería, por ahí llegué a mis ‘atascos’. Fui viendo que también estaban en mi vida: prejuicios, inhibiciones, exigencias, rigidez, miedos. Entré en contacto con la arteterapia y aprendí a dejar salir lo que viniese, a disfrutarlo sin que importase el resultado artístico. También probé a escuchar mi cuerpo al son de distintas músicas, a pintar las sensaciones, o a amasarlas en arcilla. Ahora disfruto haciendo simplemente formas y colores. A veces me reconozco en ellas, otras me cuesta aceptarlas. Cuando dibujo, escribo o modelo ahora tomo más conciencia de lo que soy, como persona y como parte de un grupo cuando comparto mi obra”.
El testimonio de Carmen Pardo sobre su experiencia con el arteterapia habla por sí solo. Tras comprender que “la expresión, en cualquiera de sus formas artísticas, es una puerta a un mundo tan interesante y complejo como el ser humano”, esta artista decidió formarse como arteterapeuta. Todavía no hay muchos en España dedicados a esta materia, pero su potencial curativo es tal que cada día son más las personas que deciden formarse en ella o que la eligen como vía para resolver problemas aparentemente insolubles o para potenciar su evolución. La estudiante Elizabeth Cantero apunta que “para que el arte tenga finalidad terapéutica es indispensable fluir, no buscar la belleza en lo que se está creando. Cuando creo siento unión conmigo misma, pierdo la noción del tiempo y del espacio. Sin embargo, me parece que es esencial la relación que se establece entre alumno-paciente y arteterapeuta: este debe saber escuchar los límites y posibilidades del alumno y compartirlos”.
¿Qué es la arteterapia?
Según nos explica Elvira Gutierrez, directora del Centro de Arteterapia (Madrid), que coordina grupos de arteterapia desde 1991 y en la actualidad colabora también con la Fundación R.A.I.S. (ver recuadro), “el arteterapia consiste en aprender a utilizar nuestra capacidad de creación de imágenes, símbolos y metáforas para recuperar, desarrollar e integrar todo el potencial físico, mental, emocional y espiritual, en un proceso que Jung llamaba de ‘individuación’, y que la psicología humanista denomina ‘el ser humano integrado’. Se fundamenta en la unión de los conocimientos y la práctica de arte y psicología. Todas las personas tenemos la capacidad de proyectar artísticamente nuestras imágenes internas y aprender a leer en ellas las claves simbólicas de nuestro subconsciente”.
El arteterapia viene utilizándose en Europa desde 1940 y la principal referencia desde 1971 son las investigaciones del pediatra y psicoanalista Donald Winnicott que modificó las ideas que el psicoanálisis tenía sobre el arte. Otros antecedentes se encuentran en el arteterapia Gestalt de orientación humanista desarrollado por Joseph Zinker (1977), Oaklander (1978) y Rhine (1980). Además de aplicarse técnicas artísticas para el auto-conocimiento, el desarrollo personal, la mejora de la salud y la calidad de vida, en arteterapia se emplean materiales artísticos como modelado, pintura, voz, máscaras, fotografía, etcétera. No hace falta experiencia previa, ni largos aprendizajes técnicos. Lo importante es la escucha interior, la atención y la espontaneidad.
Hay ligeras variantes cuando se trabaja con niños o personas con dificultades para verbalizar sus conflictos o emociones. Sin embargo, como apunta Elvira, disponemos del arte para depositar en él nuestros dioses y demonios: “Así unos y otros pueden airearse y nosotros contemplarlos y aprender. En los talleres que coordino en R.A.I.S. (modelado en arcilla y pintura expresiva) se vienen cumpliendo los objetivos propuestos. En algunos casos han superado incluso mis expectativas más optimistas. Ya sólo falta que el arteterapia llegue al gran público”.
Una sesión de arteterapia humanista
Un día a la semana, Elvira Gutierrez convoca a un pequeño grupo de personas a un “taller de pintura”. Poco a poco se han ido conociendo y respetando.
Como en el grupo hay una buena energía de trabajo, las propuestas suelen ser ambiciosas: se pasa de lo general a lo particular, y de la representación simbólica del mundo interior, a la observación y representación de la realidad exterior.
La primera propuesta es sencilla: cerrar los ojos, imaginar un paisaje y pintarlo. Después, cada un@ se sumerge en su hoja de papel, en sus colores, en su mundo. Algun@s cuidan los pequeños detalles, otr@s disfrutan mezclando los colores, surge alguna pregunta técnica, algun@s bromean sobre su obra, y otr@s están tan concentrados que se olvidan hasta de fumar. Al final de la sesión, se hace una pequeña exposición con los trabajos realizados y se comentan.
El objetivo es sanar potenciando la creatividad; no se trata de interpretar dibujos y símbolos como hace el psicoanálisis. El propio autor es el único que tiene las claves de su simbología personal; el arteterapeuta sólo le ayuda a descubrir dichas claves de la siguiente forma:
1) Escucha:
- a) Verbal (lo que el alumno-paciente lleva consigo mismo para trabajar en la sesión).
- b) No verbal (su tono de voz, actitud, movimientos).
2) Auto-escucha por parte del arteterapeuta:
En las psicoterapias humanistas el terapeuta se pone junto al paciente (no por encima de él) y se pregunta a sí mismo:
-Mental (analizar o estructurar o simplificar el tema que le preocupa).
-Corporal (experimentar la relación entre lo que su cuerpo expresa y la dificultad que ha verbalizado).
-Emocional (¿qué emoción necesita desbloquear, o encuadrar?
-Espiritual (¿cómo es la relación entre sus vivencias cotidianas y su concepto de la vida?).
3) Propuesta de ejercicio:
Se centra en estimular el desbloqueo de la creatividad para que el alumno pueda resolver o aceptar, según el caso, el conflicto. Esta propuesta puede ir desde una imaginación activa seguida de una pintura, el uso de la arcilla de modelar, algún movimiento o serie de movimientos corporales, juegos con la voz, etcétera.
4) Integración:
Se ayuda al paciente a que observe la relación entre lo ocurrido en la sesión, dificultades, formas de resolverlas, etcétera, y sus circunstancias vitales actuales.
FUNDACIÓN R.A.I.S.
Esta fundación madrileña –Red apoyo integración socio-laboral- busca ofrecer soluciones globales para personas sin trabajo o sin hogar. Como instrumento de reinserción social tiene muy presente la importancia de restablecer la auto-estima, la confianza en uno mismo y la propia dignidad. Con esta finalidad se han creado talleres de expresión literaria y de arteterapia, entre otros. “En estos grupos el grado de compromiso e implicación emocional es alto”, expone Elvira Gutierrez, coordinadora de los mismos. En los talleres se hacen propuestas de expresión libre que dan la oportunidad de contar historias personales plásticamente y que favorecen el intercambio verbal al comentarse posteriormente en el grupo. También se efectúan enseñanzas de técnicas pictóricas que van abriendo posibilidades nuevas de expresión y generan mayor seguridad en la competencia personal. Las pinturas colectivas, realizadas en pequeños grupos, ofrecen la oportunidad de organizarse, solidarizarse, jugar diferentes roles y repartirse tareas. Según Elvira, “el mayor logro observado es el clima grupal de confianza, expresividad y afectividad que se genera. En personas dolorosamente heridas como suelen ser las que están en paro o sin hogar, estos talleres suponen en mi opinión el sustento imprescindible para que sea posible un cambio profundo de actitud y recuperen la confianza en sí mismos y en la sociedad”.
Isabela Herranz
www.isabelaherranz.es